Cariño:
Decidí unirme con el grupo de la iglesia a resolver algunos temas que me rondaban la cabeza. No te preocupes, todo estará bien cuando regrese; seguramente, ya habrás notado mi ausencia. He decidido tomarme unas merecidas vacaciones de la vida que he llevado hasta el momento. Venía pensando en esto ya desde algún tiempo. Recién ahora, después de hablar con mi grupo, pude tomar una decisión sin miedo.
Tomé algunos objetos de la casa; del ático, las maletas; del cajón, algo de dinero; del ropero, mis vestidos. Espero no tomes esto como algo personal; es una cuestión mía y de nadie más. Llegué a caer en una rutina diaria, mi trabajo ya no me satisface y las cosas que creí me alegraban, ya no lo hacen. No te incluyo en esa lista, eres lo único que me da fuerzas para seguir adelante.
Para ti, en este momento, mis actos pueden parecer bastante egoístas; sin embargo, hago esto por mi tranquilidad y la de la familia. No me iré mucho tiempo, ni tampoco muy lejos; no obstante, no estaré comunicada, a donde iré es como un retiro. Está prohibido el uso de celulares, es más, está prohibido el uso de cualquier objeto que me pueda mantener conectada con esa realidad que me tenía tan estresada. Se supone que con este retiro podré estabilizar mi espíritu, mi ánimo, mi salud, entre otros tan indispensables para mi bienestar.
No tomes mis palabras y acciones como insultos ni reproches, solo intento mantenerme cuerda para ti, por nosotros, por todos. Esos años que hemos vivido juntos tantas experiencias, tantas risas y a la vez, tantas lágrimas. Todo eso es lo que nos hace una pareja, una familia con nuestros hijos y los que ellos tendrán cuando crezcan. Por esto y muchas razones más, aunque superficiales, he decidido tomarme un descanso y regresar mejor que nunca. Tómalo como un descanso para ti también.
Por favor, no te olvides de alimentar a los perros, llevar a los niños al colegio y no dejes que los recibos se acumulen. María, mi hermana, ya está enterada de todo esto; por lo tanto, irá a ayudarte con los quehaceres de la casa. He dejado todo listo y organizado para que no tengas problemas en mi ausencia. Igual, no creo que los hubieras tenido. Eres una persona muy capaz, inteligente, madura y responsable. Sabes muy bien cómo controlar todo. Creo que de haberme quedado un poco más, ese equilibrio se hubiera perdido. Es muy necesario este paso tan difícil que estoy tomando.
Tú, para mí, has sido perfecto, amoroso, comprensivo y, sobre todo, el mejor de los amigos. Dile a los niños que los amo y los veré pronto. Regresaré, no te preocupes. Seré más feliz que nunca, te explicaré todo y seré la esposa que te mereces. Espero tu comprensión y me recibas nuevamente. Perdóname si te hago daño, si te hago falta. Esto pasara rápido, no es más que un pequeño descanso, un pequeño respiro. No te digo que todo será como antes, porque será mucho mejor. Te amo más que a nadie.
Todo mi amor y cariño, hasta que la muerte nos separe,
Mariana
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